Una carta con miles de remitentes...

miércoles, 17 de octubre de 2007



Abrí mis brazos y me sentí tan libre como esa ave que dejaba un rastro de brisa en mi nuca, que rica sensación!!... sentir el raudo pasar de ese aire que me mantuvo con vida y hoy me despide acariciando mi rostro de forma poco sutil.

Esas imágenes que forman parte de mi álbum espiritual, están pasando por mis ojos y algunas me hacen tragar esa amarga lágrima que no alcanzó a rodar por mi mejilla, soy parte de un cuerpo cansado por la rutina y ansioso de la nada. Te vi pasar entre una de ellas, no pasaste como todas… al hacerlo dejarte una marca, de esas que sangran y no cicatrizan, no porque hayas causado daño sino porque es la señal de que sigues tan presente en mi como algún día sentí.

Doy gracias por este libre albedrío que me deja flotar entre mares de recuerdos y océanos de experiencias, gracias por que me permitiste ser alguien en la vida de otros y poder haber conocido cosas tan lindas como el amor.

Ya voy llegando, a mi se acerca el frío temor de sentir que me acabo de equivocar, que ya no quiero estar acá… quiero detenerme y se que no puedo, cierro los ojos y recuerdo unos brazos que siempre estaban abiertos para apretarme en mis momentos de tristeza, ahora los necesito para que paren esta trayectoria sin fin.

… No llegó, lástima… ahora sólo queda esperar otra vida, para tomar otra mala decisión como esta.

1 comentarios:

Dr_Cucho dijo...

Creo que es el desafió de soportar el fracaso ante la vida es uno por el cual estamos sólo medianamente concientes, en parte porque no se nos educa para ello, y en parte porque nunca lo vemos venir… ¿una mala decisión?... si… el coartar todas las propias opciones es la peor decisión… el considerar que aún quedan expectativas; y que el quedarse definitivamente bajo tierra mordiendo el fango es una opción (a veces la más simple de seguir), es algo más real y concreto que el tener una perspectiva absolutamente oscura sobre la realidad… nos movemos en una constante fluctuación de una inquieta escala de grises, en donde tendremos momentos con más luz respecto de otros, a veces según como lo entregue el destino, y a veces según por las decisiones que logremos concretar… por consiguiente… castrar la gama de probabilidades dando un fin abrupto… no es la mejor idea de todas…

Profundas líneas… éste remitente las recibió solo para ver un poco más de luz…

Saludos primo… cuídese…