Cambios...

miércoles, 8 de agosto de 2007


No sabía porque me dieron un cuerpo como éste, que hice para que me hicieran así?... un cuerpo sin gracia, lánguido, extremidades delgadas y pies profundos. Miré a mi lado y vi muchos como yo… fue un pequeño alivio el saber que no era el único que posiblemente esta confundido y hasta disconforme, uno de ellos me miró y dijo con voz de preocupación: “que te pasa?... por qué estás así?”, miles de respuesta se me vinieron a la mente y la mas acertada fue: “algo me atormenta, creo que es porque no quiero ser así, mira mis brazos!!... no son los que con fuerza abrazaron a las personas que me rodearon en una época”.

Pasó mucho rato desde esa conversación que, hasta hace 15 minutos, era superflua… ahora que lo pienso bien, todo tiene un fin en este mundo… un mundo frío que me muchas veces te trata de botar a golpes con vientos que esculpen el rostro de aquellos que tuvieron la valentía de enfrentársele. Un día me di cuenta que yo era distinto a todos los demás, que de mis brazos sólo crecían hojas, las cuales cuidaba con mucho cariño y las entregaba a un corazón romántico para que al menos tomara una y la regalara para sacar una sonrisa de su amada, pero no ocurría. No me sentía tranquilo conmigo mismo, yo quería flores como las que tenían mis pares… pero al parecer yo era especial, de esos especímenes que pocas veces nacen y sólo sirven para demostrar que la naturaleza es sabia, pero también se equivoca. Atormentado me quedé ahí, pensando que pasaba conmigo y mi cuerpo, primero me lo cambian y ahora me doy cuenta que no sirve… que es inútil y al parecer no servía para más que dar oxígeno, un bien muy preciado, pero tan poco valorado.

“Hasta cuandoooo!!??” decía mil veces en la oscuridad de la noche, a veces el cielo se compadecía de mi pesar y lavaba mis hojas como queriendo compensar mi carencia; no podía entender mi situación hasta que alguien abrió mi mente…

… “por qué te preocupas tanto de tus carencias externas?... has visto tus ausencias internas?”, esa pregunta me dejó perplejo y nuevamente entré en una nebulosa de cuestionamientos. Así me di cuenta que mi piel aún era débil, que mis brazos no estaban adaptados para entregar lo que quería… porque el cambio debía ser interno primero.

“Preocúpate por hacer tus raíces lo mas profundas posibles… de esa forma obtendrás mas minerales y te darás cuenta como cambiará todo en ti, partiendo de adentro.”… no era lo que quería escuchar, quería respuestas concretas y no cosas que sonaban a falacias en mis oídos. Tarde me di cuenta y comencé a preocuparme por llevar esas raíces hasta lo más profundo que podía… hasta que un día, de mi brazo salió una flor… no era brillante ni perfecta como las otras, pero era la primera que nacía de mi… me sentí como un resucitado, sentí que mi existencia si podía tener un fin… la cuidé con mucho mas esmero que a mis hojas, de ellas tengo muchas y flor, sólo una.

Y llegó el momento, esa flor que nunca creí capaz de crear se va de mi cuerpo, pero se que es la ley de la vida y lo que me deja feliz es que la recogió alguien que la supo apreciar así, con sus múltiples defectos… pero es de ella, sólo de ella.